Vivimos la vida rodeados de excusas. Excusas que nos ponemos
a nosotros mismos para posponer y seguir posponiendo el cambio. Recordemos que
todo cambia, esa es una verdad inherente a la vida. Y nos aferramos a lo que
somos ahora y a lo que tenemos ahora queriendo impedir ese cambio. Pero eso es
imposible.
Vamos a trabajar a empleos que no nos gustan por miedo a que
nos despidan. Porque tenemos una carrera
labrada durante años y empezar de cero en algo que nos apetece emprender es
terrorífico.
En general, la culpa de que no realicemos cualquier actividad o
negocio no es de la crisis o del Gobierno, es de nuestros propios miedos.
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