martes, 11 de febrero de 2014
Vaciar la taza
Cuenta una vieja leyenda que un reputado sabio va de visita a la casa de un maestro Zen. Al llegar se presenta ante el maestro, presumiendo de títulos y conocimientos, todos ellos obtenidos durante años de estudios y sacrificios.
Tras esta curiosa presentación, plantea al maestro que el motivo de su visita es aprender de él los conocimientos y secretos del Zen.
Ante esto el maestro únicamente le invita a sentarse y le ofrece una taza de té.
Sin prestar mucha atención -aparentemente-, el maestro comienza a averter despreocupadamente té en la taza del sabio, y continúa vertiendo té una vez la taza se ha llenado por lo que el líquido comienza a derramarse.
Indignado y visiblemente alterado, el sabio informa al maestro Zen que la taza ya está llena y le está
derramando el té encima.
En ese preciso instante el maestro le responde de forma sosegada: "Exacto, usted ya viene con la taza llena de sabiduría y conocimientos, ¿cómo podría aprender algo de mi?
A menos que su taza esté vacía no podrá aprender nada"
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