miércoles, 26 de febrero de 2014

Afrontando dificultades

"También esto pasará, también esto cambiará"

En nuestra vida sufrimos -o parece que deseamos sufrir- numerosos reveses que hacen un poco más miserable nuestra existencia. No me refiero a situaciones dramáticas como la pérdida de un ser querido (todavía es pronto en nuestro aprendizaje para afrontar algo así desde una mente zen), sino a que hechos banales como que se queme la comida, que se escape el autobús, que nuestro jefe nos grite o que nuestro equipo deportivo favorito pierda.

Lo que hemos de tener en cuenta es que no hay ningún motivo, ni uno solo, por el que el mundo deba ajustarse a nuestras preferencias. Todos estos hechos mencionados antes y muchos más son ejemplos del día a día que van arruinando nuestro humor y nuestra saludo. Es el ego el que visualiza que nadie se debe interponer en nuestro camino ni obstaculizarnos, cuando es precisamente el hecho opuesto el que se ajusta más a la realidad.

Viendo las cosas desde esta perspectiva, serás consciente de que no todo sale como a ti te gustaría. De hecho, será así toda tu vida. Acéptalo y no seas un obstáculo para nadie. Vive dando alegría a los demás. Simple y llanamente, no toques las narices a nadie. Haz lo que tengas que hacer lo mejor posible y no esperes nada. Acepta todo lo que venga. Todo estará bien. Todo irá bien.





lunes, 24 de febrero de 2014

Vivir más despacio

Profundizando un poco en el arte de la conciencia, te darás cuenta en determinados momentos del día que vivimos eternamente apresurados: "Se me escapa el metro", "Llego tarde a trabajar", "Se va a poner el semáforo en rojo", y así muchos ejemplos más.

Todo esto va generando poco a poco píldoras de estrés que se van acumulando y van exprimiendo nuestras energías -mental y física-. ¿Solución? Sabemos que la meditación ayuda a calmar la mente y también que hacer deporte reduce el estrés. No obstante, vamos con unos pequeños consejos que podemos adaptar de forma sencilla a nuestro día a día y que a medio plazo sumarán puntos a nuestra calidad de vida:

- Levántate antes. Ve probando. Adapta tu ritmo para que este periodo sea lo más calmado posible. Empezar el día con prisas no es muy aconsejable, ¿verdad?

- Lleva un buen libro encima. Así si se te escapa el metro, el autobús o la cola del supermercado parece eterna, puedes hacer algo de provecho.

- Evita hacer dos cosas a la vez. Este debe ser el primer mandamiento de la conciencia en el momento presente.

- Aprende a decir no a citas y compromisos, disfruta de tiempo para ti.

- Camina despacio. No pasa nada por tardar cinco minutos más en el trayecto a casa. Disfruta del entorno que te rodea.

- No utilices la expresión "no tengo tiempo". El tiempo es el mismo para todos, aprovéchalo.

- Haz tu comida despacio, con calma, con atención. Será un momento relajante.

- Una fácil: Compra en las tiendas cerca de casa. Te suelen tratar mejor y tiene un efecto anti estrés opuesto al que sientes al entrar en una gran superficie.



sábado, 15 de febrero de 2014

Sentarse en silencio

Sentarse en silencio en medio del ajetreo y del ruido del mundo externo se ha convertido ya en una sana costumbre para mucha gente.  ¿Qué hacer sentado en silencio? Puedes practicar la meditación o directamente "no hacer absolutamente nada".

Parece fácil dejar de ver la tele, dejar de mirar el móvil. Pero siempre hay algo en lo que se fija nuestra mente y que reclama nuestra atención. Como con tantas cosas que "debemos hacer", siempre hay alguna ocupación que suena mucho más interesante que sentarse y en silencio. De hecho, una vez sentado viene a la mente la imperiosa necesidad de moverse.

Para esta práctica se requiere de una pizca de autodisciplina y otra de voluntad. Solo al principio. Una vez nuestro cuerpo se acostumbre y la mente no nos reclame para fines menos productivos, te encontrarás disfrutando de esos momentos en los que estar contigo mismo. Cuando tu mente se calma en medio del frenesí diario el panorama cambia completamente. Se ve todo distinto. Más nítido.

Fíjate en un gato o un perro. En un tigre. Cuando no están buscando comida, están detenidos, descansando. Sea de la forma que sea, lo importante es hacerlo. Y como hemos visto anteriormente, hacerlo concentrados en la respiración es la manera más sencilla de decirle a tu mente "eh, dame un respiro, una pausa".

Sigue haciéndolo aunque solamente sea unos pocos minutos cada día, en el momento que te venga a la cabeza o en el que tu alarma del móvil te lo recuerde. Al final todo se aclarará. No esperes remedios milagrosos ni curas (aunque hay estudios científicos que demuestran los beneficios de la meditación: aquí o aquí). Es un entrenamiento para tu mente como el correr lo es para tus piernas o tu corazón. Solamente permanece alerta, en el momento presente.



jueves, 13 de febrero de 2014

Koan

Y dirás, ¿qué es un Koan?

Un koan es un género literario oriental, que puede ser muy breve o no, y que creció bajo el manto del budismo con el propósito de encaminar o propiciar revelaciones (darse cuenta de...). Visto de otra manera, es una herramienta budista para alcanzar esa comprensión repentina. Es ilógico y parece sin sentido. Es contradictorio o muy casi imposible de resolver.

Otra definición es la de acertijo. Aunque probablemente no exista la respuesta correcta para un koan salvo la de la experiencia propia: El objetivo del koan es proporcionar al alumno la búsqueda de la respuesta, no la respuesta en sí. El camino y no el fin.

Es decir, cuando un koan es planteado, no es para que se busque una respuesta con el fin de acertarla, sino para disfrutar, aprender y vivir la bùsqueda.

Por ejemplo, uno muy famoso que alguna vez se ha escuchado en televisión: "Si un árbol cae en medio del bosque y nadie puede escucharlo: ¿podemos afirmar con total seguridad si hace ruido o no sin estar ahí para escucharlo?








martes, 11 de febrero de 2014

Vaciar la taza


Cuenta una vieja leyenda que un reputado sabio va de visita a la casa de un maestro Zen. Al llegar se presenta ante el maestro, presumiendo de títulos y conocimientos, todos ellos obtenidos durante años de estudios y sacrificios.

Tras esta curiosa presentación, plantea al maestro que el motivo de su visita es aprender de él los conocimientos y secretos del Zen.

Ante esto el maestro únicamente le invita a sentarse y le ofrece una taza de té.

Sin prestar mucha atención -aparentemente-, el maestro comienza a averter despreocupadamente té en la taza del sabio, y continúa vertiendo té una vez la taza se ha llenado por lo que el líquido comienza a derramarse.

Indignado y visiblemente alterado, el sabio informa al maestro Zen que la taza ya está llena y le está
derramando el té encima.

En ese preciso instante el maestro le responde de forma sosegada: "Exacto, usted ya viene con la taza llena de sabiduría y conocimientos, ¿cómo podría aprender algo de mi?

A menos que su taza esté vacía no podrá aprender nada"



miércoles, 5 de febrero de 2014

Meditación para principiantes

Para iniciarnos en la práctica de la meditación necesitamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué nos impulsa a ello? ¿Qué nos motiva? Lo ideal además sería no esperar nada, disfrutar de la práctica y no hacerla porque nos de esto o aquello -nos lo dará igual, no te preocupes-.

Lo primero que habremos de buscar será un lugar tranquilo y ordenado.  El motivo es sencillo, cuando comenzamos nuestra mente es muy volátil y evitar distracciones es fundamental. Si sumamos a ello una hora temprana el inicio será más fácil.

Respecto a nuestro cuerpo, tenemos dos opciones. Puedes sentarte sobre una silla con un cojín y con la espalda recta. Si te sientes con fuerzas, prueba a sentarte en la postura del medio loto para empezar, sobre un cojín, con la espalda recta y las manos sobre las piernas o en tu estómago. Los ojos no del todo cerrados (¡no intentamos dormir!). Se trata de sentirnos cómodos pero en una postura que nos mantenga alerta.

Además de lo anterior, el aspecto más importante es la respiración. La respiración es el ahora: concentrarse en la respiración nos mantiene en el presente y nos permite concentrarnos y aislarnos -poco a poco- de la tormenta de pensamientos que suele ser nuestra mente. Contando respiraciones -cuenta uno cuando inspires, dos cuando espires, tres cuando inspires...- hasta diez y vuelta a empezar, nos aseguramos de no perder nunca la concentración. Si te descubres pensando en la lista de la compra o en lo que pasó en el trabajo, no pasa nada, es normal, vuelve a empezar.

Es importante la constancia, mejor cinco minutos todos los días para ir cogiendo la costumbre. Como en el caso de correr, mejor paso a paso. De hecho, la meditación no deja de ser el entrenamiento para nuestra mente, como el correr lo es para nuestro cuerpo.



lunes, 3 de febrero de 2014

Empezar a correr

Uno de los propósitos que más nos hacemos al comenzar un nuevo año es el de empezar a hacer deporte, ya sea ciclismo, ir al gimnasio o practicar el running. Aprovechando la inercia que nos regala este plus de motivación y ganas poco frecuentes de abandonar la vida sedentaria, y sea cual sea nuestra meta (estar en forma, adelgazar...), cálzate las zapatillas y adelante.

No olvides esto: Corre por el placer de correr. Si lo ves como una obligación pronto será como ir a trabajar, y se trata de que sea lo opuesto, una liberación. Si pasado un tiempo no te gusta o te aburre, prueba a salir en grupo. Si aún así no es lo tuyo, busca otro deporte, hay muchos y seguro que uno de ellos te apasionará.

Para comenzar no penséis en metas inalcanzables como correr 45 minutos seguidos seis días por semana. Eso es una locura. Lo fundamental para no aborrecer esta práctica, para que no se convierta en un sufrimiento, es empezar poco a poco. Durante varias semanas no esperes hacer una tirada larga ni correr una hora seguida. Serán varios checkpoints a superar de forma progresiva. Por ejemplo, un modo de iniciarse sería el siguiente:

Semana 1

- Miércoles: 6 minutos caminando - 2 corriendo muy suave - 4 caminando - 2 corriendo muy suave - 5 caminando.

- Sábado: 6 minutos caminando - 3 corriendo muy suave - 4 caminando - 2 corriendo muy suave - 5 caminando.

¿Qué? ¿Solo eso?

Sí, solo eso. No hace falta más. Recuerda que estamos empezando. Además, una visita al médico sería recomendable. Si te puedes hacer un chequeo general de salud, mucho mejor. ¡Prevenir es salud!


Tones Template | Designed by Pink + Lola